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Cómo Empezar a Escribir

Escribir Creativamente:

Uno de los oficios más antiguos es el de contador de historias. Así inmortalizaban hazañas, héroes y demás acontecimientos importantes. Una historia tiene la magia de transformarse en cuento, novela, poema y también en otros menos románticos pero igual de importantes: una conferencia o un texto publicitario.

Lo que todas estas historias tienen en común es la creatividad del autor para llegar al lector. Atraparlo con la primera frase:

“El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se despertó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo…”

Y esto no estan sencillo como se lee. Lograr encontrar estas primeras palabras para iniciar con la historia, son las más difíciles de escribir. Como experiencia personal yo siempre recomiendo sumergirte en libros, para encontrar la inspiración, para que la imaginación y las palabras se suelten en nuestra mente y sea más fácil plasmarlas en el “papel” (o en la pantalla del dispositivo electrónico que utilices).

Segundo consejo, si quieres contar historias y no parecer aficionado en el intento, te recomiendo un curso. Actualmente existen un sin fin de cursos online, los de la Escuela de Escritores de Madrid son un buen ejemplo.

¿Qué escribir?

El momento en el que empiezo a escribir, no está agendado ni planificado. Yo escribo donde me encuentro y con lo que tengo a la mano para hacerlo. La inspiración me llega en los momentos menos esperados y los aprovecho al máximo. Otras personas, como la famosa Isabel Allende, se sienta cada 8 de enero en su estudio en California y empieza la magia. Eso dependerá de cómo te sientas más cómodo y qué te funciona mejor, ¿cómo sabes a qué grupo perteneces? Probando.

El tema a escribir, al principio, debería de ser algo con lo que te sientas cómodo. Un tema que te sea familiar para que las palabras fluyan mejor. Poco a poco, con la experiencia, puedes complicar los temas y hacerlas de investigador. Es increíble la cantidad de cosas nuevas que uno aprende cuando empiezas a escribir un tema nuevo.

Publicar Mi Historia:

Yo empecé a escribir a los 10 años, en un cuaderno que escondía porque me daba vergüenza que alguien leyera mis “poemas”. Esa era mi línea literaria del momento porque estaba enamorada. A los 15 años, mientras escribía en mi blog, supe que no era un pasatiempo, quería ser una escritora con todo lo que la palabra significa.

A los 17 estaba inscrita en tanto curso encontraba, y todos me sirvieron muchísimo en mi carrera. Desde entonces mis textos han sido publicados en diversas plataformas digitales, periódicos impresos y recientemente en dos libros de cuentos infantiles. De nuevo, donde publicar, depende de qué quieres escribir; y más importante, quién quieres que te lea. Pero para empezar, un blog es una buena idea. Es un espacio libre, abierto y si eres tímido, puedes siempre tenerlo privado para cuando estes listo que el mundo (ahora puedes elegir tu grupo objetivo) te lea.

El Rol del Escritor Actualmente:

Si cuando escuchas la palabra escritor se te vienen a la mente los nombres de los eruditos de la literatura, entonces conoces muy poco del papel de un escritor en la actualidad. Los escritores son necesarios y están presentes en muchas áreas de la sociedad. Las palabras comunican, unen personas y nosotros los escritores, somos como un Picaso con una pluma entre los dedos. Hacemos magia con las palabras, así que, lugares para hacer llegar tus historias, hay muchos.

Busca tu musa, lo que haga que la imaginación fluya a través de letras y que enamore al lector. No tengas miedo, ¡anímate! Y escribe esa primer palabra, frase, párrafo, historia.

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El Vacío

Ahí estaba de nuevo, asomándose por el umbral de la puerta, cerré mis ojos y esperé a que se fuera. No lo hizo. Oprimió mi pecho, mientras las lágrimas morían en mis labios y trataba de sostener con una mano los ecos de las risas escapándose por un agujero de luz que venía de arriba. Tenía miedo. Apagó cada destello que había dentro de mí y aún así, seguía acompañándome. No estaba sola. Caminaba arrastrando una pesada sombra que no era la mía y dormía con alguien a mi espalda que me hacía despertar con el corazón saliéndose por mi garganta. Era el vacío. Eso que quedó luego que todos se fueron sin advertirme que ese último abrazo y beso sería una despedida.

El vacío de todos aquellos recuerdos esfumándose y perdiéndose en la oscuridad, el sonido de las risas repitiéndose en mi cabeza, como quien trata de no olvidar. Pero sabía que no era real. Estaba sola en esa inmensa oscuridad y el único que me acompañaba era el vacío.

Ahí estaba de nuevo, con la nostalgia estallando en mis ojos y la tristeza convirtiéndose una con mi alma. Cuando te escuché. Con la claridad con la que llamabas mi nombre después de decirme te amo. Un destello de luz. Me levanté temerosa porque mi imaginación me juega muchas vueltas, pero no; ahí estabas. Con tu camisa blanca y tu pantalón gris, con tu sonrisa grande y tus ojos claros, llamándome. Me rescataste.