Nada tan promisorio como un libro nuevo; y si es de cuentos, mejor; y si es de cuentos escritos por gente nueva, mucho mejor. Toda una revelación.
Al hablar de gente nueva debo aclarar que me estoy refiriendo a gente que, o nunca ha publicado nada, o lo ha hecho muy poco.
Desde hace ya varios años he servido Talleres de Creación y de Redacción. Y han sido tantas las personas a quienes he llegado a conocer de manera fugaz, que eso, aunado a mi muy mala retentiva para los nombres y las fisonomías de las personas, me ha provocado caer en situaciones algunas veces incómodas; sin embargo, siempre me va quedando en la memoria una que otra persona en la que encuentro verdadero talento; y es más, he llegado a utilizar los trabajos de estos escritores noveles para los nuevos talleres, algunos muy bien escritos, otros no tanto; pero, al fin y al cabo, lo que interesa es el germen.
Ahora bien, ¿qué se puede hacer para que siga escribiendo alguien que tiene talento? ¿A dónde se le puede enviar para que desarrolle su genio? ¿Qué buena orientación o qué buena idea se le puede dar, como no sea la de participar en certámenes literarios? Es claro que la cultura no es una de las prioridades de nuestros gobiernos. Y no me estoy refiriendo al de mi país, específicamente.
Nuestra gente talentosa debiera migrar, debiera irse a alguna otra parte en donde sea reconocido y apreciado el talento. Pero, ¿a dónde?
Este libro contiene los trabajos que fueron presentados por los participantes del Taller de Escritura Creativa, promovido y convocado por el Centro de Formación de la Cooperación Española en La Antigua Guatemala. La sorpresa, inesperada y un tanto perturbadora, fue saber que estaría participando gente de países fuera del mío. La tecnología facilita las cosas y permite llevar a cabo este tipo de eventos, impensables hace apenas pocos años.
Luego de las presentaciones y de los saludos de todos hacia todos, uno se va dando cuenta de que Hispanoamérica nos resulta más familiar y común de lo que cualquiera puede imaginar. Los mismos sueños, las mismas ilusiones y los mismos problemas. Y sin embargo seguimos caminando, creando nuevos mundos, soñando sueños que nos son familiares y luchando por expresar nuestros ideales y nuestras creencias.
Cuando uno sirve este tipo de eventos espera encontrar una que otra sorpresa. Estoy seguro de que todo lector avezado las encontrará, las apreciará y si no tiene prejuicios vanos, sabrá reconocer que en este muestrario hay un emporio de talentos.
Víctor Muñoz, Agosto 2022